Acogiendo el Año Nuevo

Acogiendo el Año Nuevo

En este año nuevo, Dios nos está ofreciendo refrescar la vida,
comenzar de nuevo.

Enero es el mes en el que miramos el camino de nuestra vida y nos alegrarnos del
regalo de un nuevo año.

El modo de percibir la vida que nos posibilita caminar hacia un nuevo año con esta nueva esperanza y confianza es
descubrir que podemos comenzar de nuevo, que Dios nos ofrece constantemente comienzos nuevos.

Es este “Dios de la frescura” el que nos anima en nuestro caminar.

Para caminar hacia el nuevo año con esperanza, necesitamos mirar a Dios, pero también a nosotras mismas.

La Palabra de Dios nos muestra con frecuencia como Dios desea para nosotras nuevos comienzos.

Jesús también habla de este Dios Padre-Madre que sana, consuela, perdona y nos anima a empezar de nuevo.

Él presenta a un Dios que siempre da a su pueblo una nueva oportunidad.

Pienso sobre el año que acaba de terminar y cómo caminé a lo largo de él.

¿Qué me alegra en él?

¿Qué me entristece sobre el año pasado?

¿Qué cosas nuevas añoro y espero en este nuevo año? (para mi, mi comunidad, el Equipo, mi servicio, la Congregación, el mundo…)

Cantemos alabanzas al Señor que da la vida
cantemos alabanzas al Señor de nuestra historia cantemos al Señor, con todo el corazón
pues es quien nos convoca alrededor de esta gran mesa a compartir el pan de la justicia y el amor.

Señor de la esperanza, Señor de la alegría
que amas a tu pueblo y nos das la libertad; danos sabiduría, regálanos la fuerza
que derribe los muros que impidan la comunión.

Cantemos alabanzas al Señor que da la vida
cantemos alabanzas al Señor de nuestra historia cantemos al Señor, con todo el corazón
pues es quien nos convoca alrededor de esta gran mesa a compartir el pan de la justicia y el amor.

Señor de cada día que estás en cada intento
de hombres y mujeres que trabajan por la paz, danos sabiduría, valor y valentía
que destierren de este mundo la muerte y el dolor.

Señor de cada río, praderas y montañas de mares y volcanes, de toda la creación, danos sabiduría para cuidar la vida
que has puesto en nuestras manos

en tu infinita bondad.

Cantemos alabanzas al Señor que da la vida
cantemos alabanzas al Señor de nuestra historia cantemos al Señor, con todo el corazón
pues es quien nos convoca alrededor de esta gran mesa a compartir el pan de la justicia y el amor.

Texto: (Is 42,5-9; 43,18-21)

Así dice Lo antiguo ya ha sucedido, y algo nuevo yo anuncio, antes de que brote os lo comunico. (Isa 42:9 PER) No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo;

19 mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? (Isa 43:18-19 PER)Yahvé,
el que crea los cielos y los extiende,

el que hace firme la tierra y lo que en ella brota, el que da aliento al pueblo que hay en ella,
y espíritu a los que por ella andan,
te así de la mano, te formé,

y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes, para abrir los ojos ciegos,
para sacar del calabozo al preso,
de la cárcel a los que viven en tinieblas.

Yo, Yahvé, ese es mi nombre…
Las cosas de antes ved que vinieron. Otras nuevas yo os anuncio;
antes de que broten os las hago oír… ¿No os acordáis de lo pasado,
ni caéis en la cuenta de lo antiguo? Pues bien, he aquí que yo lo renuevo: ya está en marcha, ¿no lo reconocéis? Sí, pongo en el desierto un camino, ríos en el páramo.
Me honrará el animal campestre, pues daré agua en el desierto,
ríos en el yermo,
para abrevar a mi pueblo elegido.
Ese pueblo que yo me he formado contará mis alabanzas.

un año nuevo llega a mi puerta
listo para entrar en el camino de mi vida.

algo en mi da la bienvenida a esta visita: la esperanza de bendiciones abundantes el gozo de un nuevo comienzo
la frescura de sorpresas todavía por llegar

algo en mí se siente incómodo ante esta visita: la rapidez de su llegada
la audacia de su entrada
el desafío de despedir un año

algo en mi teme esta visita:
los acontecimientos futuros aún sin nombre la sabiduría necesaria para vivir bien el amor las exigencias de desprenderse y de crecer

un nuevo año está a mi puerta.
me muevo con mucho cuidado
al abrir la puerta para dejarle entrar. mi corazón brinca de sorpresa,
la alegría brilla en mis ojos,

porque al lado de este año recién estrenado ¡está mi Dios teniéndome su mano!
sonríe y suavemente me pregunta: ¿podemos caminar juntas este año?

y yo, abrumada por su bondad, apenas puedo susurrar mi respuesta:

¡bienvenida!

Sin más corazón que hablar de la vida
escrita con tinta de verbos en lucha
sin temor a la escucha de voces en llanto que vienen de dentro y que vienen con tanto que vienen de dentro y ya vienen hablando.

Sin miedo a nombrar la verdad por su nombre plagada de luces, tan llena de sombras
que quiere por tiempos hallar la salida
al cauce del río que clame en su canto

¡Que venga la vida! ¡Que ya llegue la vida!

Con la sed de volver a tocar el sentido que en días se hizo palabra tan fuerte,
y dejó en este humano puñado de arcilla esa huella creadora y resucitadora
que llegó con la vida, llegó con la vida.

Con la sed de volver a escuchar la certeza de eterna fidelidad y presencia
de aquel que anima nuestro corazón
y amando primero recuerda que siempre llega con la vida y nos deja su vida.

Con la sed de volver a abrazar la palabra de eterna confianza y amante presencia de Aquél que sostiene nuestro corazón y sin pedir nada nos dice siempre

¡Elige la vida! ¡Te quiero con vida!

Con la sed de volver a tocar el sentido que en días se hizo palabra tan fuerte,
y dejó en este humano puñado de arcilla esa huella creadora y resucitadora
que llegó con la vida, llegó con la vida. ¡Elige la vida!

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