Cumpleaños centenario de nuestra hermana Ludivina Cobaleda García

Como decía un poeta anónimo, “la vida se vive, no se escribe”, pero es necesario hacer un esfuerzo por traducir y compartir tantas emociones y sentimientos vividos acompañando a nuestra hermana Ludivina en su cumpleaños centenario.

Alcanzar un año más de vida es sin duda motivo de celebración, pero cumplir 100 años es centuplicar la alegría y el agradecimiento, más aún, al verla tan sabia, lúcida y con ganas de vivir a tope como está nuestra hermana. 

Esperábamos con ansias y una no disimulada expectativa que llegase el 17 de junio. Es de un valor incalculable tener la oportunidad de estar acompañando a Ludivina en este viaje de la vida en fecha tan memorable. Es por eso que para esta celebración tan entrañable preparamos todo tratando de respetar los deseos de la cumpleañera: una celebración íntima y sencilla… “no está mi cabeza para mucha algarabía”.

La víspera de su cumpleaños la comunidad educativa del Colegio “Patrocinio de San José” se reunió para expresar a Ludi el cariño y agradecimiento por su testimonio de amor y entrega. Las hermanas de la Casa Provincial la acompañamos en este encuentro lleno de cariño y Ludivina compartió lo que significaba para ella el poder vivir este cumpleaños en el Perú y concretamente en Lima a la que siempre había soñado volver.

En la tarde, luego de la cena, Ludivina nos comparte su vida, la llamada a ser SSJ y, sobre todo, cómo desde niña sentía la misteriosa atracción por América Latina… Nos confía que toda su vida fue dejarse llevar por la profunda fuerza de vida de Dios que es AMOR.  La radical seguridad con que llenó su vida. la fue moldeando para amar como Jesús en Nazaret.

Gracias, querida Ludivina, estos momentos de compartir en intimidad tu confianza absoluta en Dios, nos traen a la memoria las palabras de Jesús para los momentos de lucha y de confrontación: “No teman, pues ustedes valen más que muchos pajarillos” (Mt 10,31).

Al día siguiente, sábado 17 de junio, durante gran parte del día, Ludivina recibió felicitaciones de familiares, amistades y hermanas prácticamente de todo el mundo; y al caer la tarde, se cierra la celebración con broche de oro acompañando a Ludivina en la Eucaristía, unidas en la alegría y acción de gracias por su vocación a la vida, al amor fiel, porque, como dice el Salmo 32, 22 “Tu amor, Señor, nos acompaña. Esa es nuestra certeza”

En la moción de entrada, Eufemia recuerda algunos aspectos de la vida de Ludivina:

“Nace un 17 de julio del año 1923 en el seno de una familia donde se vive la fe y el amor. Es la menor de una familia numerosa de 11 hermanos. En este ambiente, el Señor llama a seguirle a su hermano Jesús Cobaleda, en la Compañía de Jesús y a Ludi, Sierva de San José.

Su vocación misionera le llevó a soñar con venirse a Latinoamérica, y se cumplieron sus sueños. Argentina, Chile y Perú dan fe de su entrega alegre y generosa en servicio de las personas más necesitadas.

Varios servicios de acompañamiento y animación en la Congregación han ocupado parte de su vida y hoy nosotras, tenemos la suerte de compartir contigo Ludi esa fecunda vida.

Le damos gracias a Dios y te lo damos también a ti, por tu respuesta fiel a ese buen Dios, que quiso regalarte esta vocación de servicio sin fronteras”.

La homilía resultó muy familiar y participativa ya que Nino, nuestro amigo jesuita que presidía la celebración, nos hizo participar con anécdotas y situaciones de la vida de Ludivina muy sugestivas por reflejar su personalidad recia y tierna a la vez.

Después de renovar los votos, Ludivina ofreció una vasija simbolizando su confianza en el amor del Alfarero, “Gracias por moldearme para amar como Jesús en Nazaret. Con el pan y el vino te presento los cien años de vida que hoy celebramos. He saboreado que todo es presencia y gracia tuya. Así deseo que, como yo, toda la humanidad descubra que tu proyecto y camino de vida son la fuente de nuestra alegría y felicidad”.

Y nos unimos también a la acción de gracias que Ludivina hizo con el Salmo 136 recordando las maravillas que obró Dios en su vida en estos 100 años; todas y todos los presentes lo confirmamos afirmando “porque es eterno tu amor”.

 

Al terminar la Eucaristía, la comunidad de la Casa Provincial invitó a un sencillo y festivo compartir en el comedor de la comunidad ambientado creativamente y con mucho cariño por las enfermeras, con el deseo de expresar a Ludivina el amor y el agradecimiento por su testimonio de vida y la ternura con la que ella agradece sus cuidados y atenciones.

Gracias, Ludivina, muchas gracias, este 17 de junio de 2023 ha sido un día grande para ti, para tu Comunidad, para la Provincia, y para todas y todos los que te queremos, pero también ha sido ocasión de tomar conciencia de que cada día es un regalo lleno de pequeños instantes que valen la pena recordar, reflexionar e interiorizar para  “vivir el aquí y ahora”.

3 respuestas

  1. Gracias Ludivina, nos emociona tu vida y la agradecemos. Nos regalas lucidez, amor y prudencia. Gracias por haberte quedado entre nosotras.
    Y que la vida siga.
    Abrazos

  2. Que hermoso🥰100años de entrega y amor, yo tuve el gusto y el agrado de conocerla en un encuentro de talleres, que se hizo en Perú, guardo muy bellos recuerdos de esa vivencia bella , gracias mil , por todo lo que hacen Las Siervas de San José, que están y estuvieron en Chile y el mundo ….

  3. Ludi, de cariño, 100 años celebrando esta alegría de la vida, cargada de tantas experiencias.
    La recuerdo con su sonrisa, cercanía alegre y sencilla.
    Darle gracias por tener las manos llenas en la entrega del amor que lleva dentro.
    Me alegro con usted y toda las Hnas. Dando gracias por su vida ! Felicitaciones !
    Un abrazo con cariño.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *