
Mensaje de Carmen Gómez Calleja en la ceremonia de transferencia de la Misión Chiriaco a la Congregación Misioneras Parroquiales del Niño Jesús de Praga:
Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas que nos acompañan en este evento tan significativo para nuestra institución educativa.
La Misión Chiriaco es un referente en nuestro contexto, destacándose por la calidad del servicio educativo que brinda a las familias, ofreciendo oportunidades para la formación de sus hijas e hijos.

¿Quiénes hacen posible que nuestra institución sea lo que es hoy?
En primer lugar, la comunidad de docentes, trabajadores de servicios y personal de la Residencia Estudiantil, bajo el liderazgo del director, el profesor Luís Chávez Bazán, y su equipo directivo.
También queremos destacar la labor de la Congregación Siervas de San José, representada por la hermana Rosa Elvira Villar Ronceros y su comunidad religiosa, así como el apoyo invaluable de la comunidad indígena de Wachapea, presidida por su Pamu, el Sr. Jesús Saam Intakea, y su junta directiva.
No podemos olvidar la colaboración de la Asociación de Padres y Madres de Familia, el Vicariato San Francisco Javier del Marañón, el Movimiento de Educación Fe y Alegría, y las autoridades de la UGEL 304 IBIR Imaza.
El apoyo y reconocimiento de cada uno de ustedes, así como el respaldo de sus instituciones, han sido fundamentales en la noble misión de educar a nuestra niñez, adolescencia y juventud. Gracias a este apoyo, podemos mirar hacia el pasado con gratitud, recordando los más de 56 años de historia de la Misión Chiriaco, y hacia el futuro con esperanza y confianza.
Hoy, las Siervas de San José cerramos una etapa en nuestro compromiso educativo y pastoral en la Misión Chiriaco. Son muchas las hermanas que, a lo largo de los años, han entregado lo mejor de sus vidas al servicio de las comunidades Awajun y Wampis. Algunas de ellas nos acompañan hoy desde diversos lugares de Perú, Bolivia y España, mientras que otras nos miran desde la plenitud del encuentro con Dios. Su legado de experiencias de vida compartidas nos acompañará siempre, allá donde estemos.

Gracias a Dios, la Misión Chiriaco queda en muy buenas manos. A partir de hoy, nuestras hermanas Misioneras Parroquiales del Niño Jesús de Praga asumirán el compromiso de continuar con el servicio educativo y pastoral que ha caracterizado a nuestra institución. Con su llegada, podemos estar seguras de que el futuro de nuestra institución está asegurado y que la calidad del servicio educativo continuará siendo una prioridad.
Las Siervas de San José y las Misioneras Parroquiales compartimos la misma inspiración en Jesús, María y José en Belén y Nazaret. Somos hermanas, y todas soñamos con un mundo en el que todas las personas puedan acceder a los servicios necesarios para una vida plena, como lo es el derecho a la educación.
El cariño, apoyo y amistad que las familias y los estudiantes nos han brindado a las Siervas de San José, estamos seguras de que también se los ofrecerán a nuestras hermanas Misioneras Parroquiales del Niño Jesús de Praga. Que el Señor Jesús continúe acompañando a nuestra querida Misión Chiriaco, colmándola con los dones del Espíritu


