“La misericordia y la verdad se encuentran, la justicia y la paz se besan. La verdad brota de la tierra, Y la justicia mira desde el cielo” (Salmo 85)
¿Por qué la memoria es un regalo? Porque recordar es una de las facultades mentales, emocionales, corporales y espirituales más preciosa que tiene un ser humano. Recordar para agradecer, recordar para no volver a cometer el mismo error, recordar para aprender a no dañar, recordar para correr a tiempo a los brazos de los que amamos y nos aman. Recordar para saber el camino que lleva de vuelta al corazón de Dios y a la casa de todos/as.
La memoria permite que no olvidemos. El olvido hace desaparecer los recuerdos de la consciencia y si no tenemos consciencia, no podemos tampoco tener noción de nosotros mismos, de las bondades de nuestro actuar o de los peligros de nuestras acciones. La memoria nos sirve para desandar caminos, para deshacer lo mal hecho, para perdonar y perdonarse y sobre todo, para hacer la promesa de un futuro distinto a aquel pasado que nos encadena o a este presente que se niega a mirarse en el espejo, porque piensa que el de la imagen no es él.
Sin memoria es difícil que la misericordia y la verdad se encuentren, sin memoria es difícil que la justicia y la paz se vuelvan a besar, porque sin recuerdo no hay responsabilidad, por eso es tan importante no olvidar y estar atentos cuando Dios nos pregunte “¿dónde está tu hermano?” dar cuenta de donde están nuestros hermanos y hermanas es un acto de humidad y de amor a la verdad. Esta pregunta de Dios, sigue vigente hoy, aunque pasen los años.
Estamos a las puertas de conmemorar cincuenta años del golpe militar en Chile. Hay una herida que no se cierra. Hay una memoria dolida. La verdad nos hará libres, nos dice Jesús en el Evangelio y la verdad es que en Chile hubo una dictadura militar donde se mató a mucha gente, hubo tortura, exilio, secuestros y desapariciones. Las Siervas de San José fuimos testigo de este dolor y algunas participamos con el corazón y otras activamente en la lucha contra la dictadura y el regreso de la democracia. Así fue, no le tengamos miedo a la verdad, a recordarla y a reconocerla.
La democracia es un tesoro que debe ser custodiado, nos dice el Papá Francisco. No permitamos que se debilite y mucho menos que se vuelva a perder. Cuidémosla, preservémosla del peligro de perderse con misericordia, pero con verdad, con justicia y con paz.
Qué Jesús de Nazaret, el hijo de José el carpintero, el que creció en Edad, en Gracia y Sabiduría, en ese pueblo pequeñito llamado Nazaret. El que diariamente laboraba hermanando Oración y trabajo, junto a su padre José y a su madre María. El que se jugó por una vida mejor para todos y todas, aún a costa de su propia vida. El que supo ser ciudadano del mundo y ciudadano del cielo, sin olvidar nunca la ley del amor, nos bendiga en este día con su paz.
Siervas de San José Zona chilena
1º de septiembre 2023
Un comentario
Precioso,real y unidos,aunque esté lejos