Liturgia 2018

Señor, dame la valentía de arriesgar la vida por ti; El gozo desbordante de gastarme en tu servicio.

Dame , Señor, alas para volar y pies para caminar Al paso de los hombres.

Entrega, Señor, entrega para “dar vida” desde la vida, La de cada día.

Infúndenos Señor, el deseo de darnos y entregarnos, De dejar la vida en el servicio a los débiles.
Haznos Señor, constructores de tu vida, instrumentos de tu reino.

Ayúdanos a poner la tienda en medio de los hombres, Para llevarles el tesoro de tu amor salvífico.

Haznos Señor, dóciles a tu Espíritu
Para ser conducidos a “dar vida”
Desde la vida oculta de Nazaret,
Desde la vida que brota cuando el grano muere en el surco.

GLORIA AL PADRE…

Señor, Tú nos llamas,
A ser “santas e irreprochables ante El, por el amor”.
El Bautismo, no es un lujo;
La consagración, no es un lujo.
Es el compromiso de plasmar con la vida Los mismos sentimientos de Cristo Jesús.

Sabemos Señor, que ser santo,
No es fácil ni algo hecho de pronto. Sabemos que se teje día a día,
sin renunciar nunca a vivir unido a Ti, Como el sarmiento a la vid.

Santidad, Señor, Es decir Jesús,

Es decir, gracia;
Es VIVIR la donación,
DESDE LA AMISTAD Y EL TRABAJO, Que es el amor hecho servicio.

Sin Ti, Espíritu Santo,
Nada podemos hacer,
Nada podemos construir con seguridad,
El edificio de la santidad se nos viene abajo,
Si Tú, Dios nuestro, no nos acompañas hasta el final.

Señor, nos llamas a la santidad, A ser Jesús de Nazaret,
En medio de este mundo,
Que necesita santos de a pie, -Como Butiñá y Bonifacia-, Más que el aire que respira.

GLORIA AL PADRE

Antífona: Cantaré eternamente las misericordias del Señor

Me siento feliz:
mi corazón se regocija en el Señor. Celebro su salvación.
Yo me río Señor, de mis problemas, Porque celebro en mí tu amor.
Tú eres santo, Señor.
en ti está la plenitud de la santidad

En Ti me siento seguro, como el pie sobre la roca. Sin Ti me siento inseguro,
Como el pie sobre arena. ¡Eres mi roca!
Tú eres santo, Señor.

en ti está la plenitud de la santidad.

Contigo se rompen los arcos de los valientes. Contigo los cobardes se ciñen de valor.

Contigo los hartos se contratan por el pan. Contigo los hambrientos engordan. Contigo la mujer estéril da a luz siete hijos. Contigo la madre de muchos queda baldía. ¡Me alegro de corazón, Señor!

La vida contigo es de otra manera.

Tú eres santo, Señor.
en ti está la plenitud de la santidad

Tú, Señor, das la muerte y la vida.
Tú, Señor, hundes en el abismo y levantas. Tú, Señor, das la pobreza y la riqueza.

2

Vísperas

Tú, Señor, humillas y enalteces. ¡Así de sencillo!

Tú eres santo, Señor.
en ti está la plenitud de la santidad

Tú eres el santo
Y tus caminos no son nuestros caminos. Eres así: levantas del polvo al desvalido. Eres así: alzas de la basura al pobre.
Eres así: guardas los pasos de tus amigos. Tú eres santo, Señor.
en ti está la plenitud de la santidad

Eres así: dejas al hombre
Cuando el hombre quiere triunfar por su fuerza. Eres así: salvas al hombre
Cuando el hombre se abandona en tus
manos.
Tú eres santo, Señor.
en ti está la plenitud de la santidad

GLORIA AL PADRE

De nuestro Padre Dios viene todo don, toda llamada, toda esperanza. Nada es ajeno a su corazón por eso, podemos dejar confiadamente en sus manos nuestros sueños, preocupaciones y anhelos.

Tu eres la razón de nuestra vida.

Padre, en los seguidores de tu Hijo se hizo historia la Iglesia para mantener vivo el Evangelio que tu nos confiaste. Queremos mantenernos fieles a tu don haciendo de ella un lugar de libertad, esperanza y amor como sabemos que tu lo deseas.

Pues tu eres la razón de nuestra vida

Jesús, en tu humanidad encarnaste el amor que Dios nos tiene y hoy nos sigues llamando a ser testigos de esa Buena Noticia que anunciaste, animándonos a vivirla y transmitirla.

Pues tu eres la razón de nuestra vida

Tu guardas a los que en tu Iglesia y fuera de ella te buscamos como horizonte de felicidad. Y deseas que juntos hagamos posible tu presencia en el mundo.

Pues tu eres la razón de nuestra vida

El testimonio de tu pasión nos descubre que el mal no tiene la última palabra en la vida y nos anima a luchar para que el dolor, la guerra, la injusticia que sigue asolando nuestras vidas y nuestra tierra no puedan con la humanidad creada a imagen y semejanza tuya.

Pues tu eres la razón de nuestra vida

Nazaret es para nosotras lugar especial de tu presencia y por eso también como tú experimentamos que lo cotidiano, lo sencillo es donde crecen nuestras raíces. Queremos ser valientes para anunciar al Dios débil que tú encarnaste en Nazaret y responder con audacia a los retos que nuestro hoy nos lanza.

Señor, Padre bueno, Te damos gracias porque revelaste a FRANCISCO BUTIÑÁ El misterio de salvación Encerrado en la vida oculta de Jesús en Nazaret;
Y lo impulsaste a transmitirlo, Con ánimo infatigable, Sobre todo a los obreros, Para encaminarlos a la santidad, “ hermanando la oración con el trabajo”.

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