Oración Adviento 2018

Oración Adviento 2018

ANT. NOSOTRAS, CONDUZCÁMONOS CON DIGNIDAD

Los poderosos de este mundo nuestro quieren llevarnos a su huerto, a sus intereses particulares.

Los señores de la sumisión y el aplauso nos prometen seguridad material al socaire de su manto protector. A costa de nuestra independencia. Pero nosotras…

NOSOTRAS, CONDUZCÁMONOS CON DIGNIDAD

La sociedad de consumo y despilfarro nos tienta, nos hace guiños de complicidad desde el escaparate, nos induce a la compra compulsiva y alienante, oportunidades, ofertas y rebajas nos consumen. A costa de nuestro espíritu. Pero nosotras….

NOSOTRAS, CONDUZCÁMONOS CON DIGNIDAD

Los creadores de guerras y divisiones nos hacen creer que la paz descansa sobre el control y el miedo de unos pueblos a otros a costa de la verdadera paz y fraternidad. Pero nosotras…

NOSOTRAS, CONDUZCÁMONOS CON DIGNIDAD

Los depredadores de la naturaleza nos quieren convencer de que el desarrollo del ser humano ha de ser a costa de la explotación de los recursos naturales y de convertir al ser humano en un ser enemistado con su medio ambiente. Pero nosotras….
NOSOTRAS, CONDUZCÁMONOS CON DIGNIDAD

Los narradores de calamidades nos quieren convencer de que este mundo ya no tiene solución quieren acabar con nuestra esperanza pero nosotras afianzadas en las promesas del Señor….

NOSOTRAS, CONDUZCÁMONOS CON DIGNIDAD

En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a un a ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:

«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

Somos una buena noticia de esperanza
Esta esperanza hecha realidad, urge al profeta a proclamar una buena noticia (61, 1-11)

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar una buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la liberación a los cautivos y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor, el día del desquite de nuestro Dios; para consolar a los afligidos; para cambiar su ceniza en corona, su luto en perfume de fiesta, su abatimiento en traje de gala.

Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace germinar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y su fama frente a todos los pueblos. (Isa 61:11)

Dar la buena noticia a los y las humildes, a los fieles que siguen confiando, el señor de la historia. Esta buena noticia no es otra que la esperanza, el mensaje de confianza en el futuro. La cercanía de Dios garantiza la reconstrucción del mañana

Curar los corazones desgarrados esos que se han ido rompiendo con el paso del tiempo, esos desesperanzados a los que aún les pesa el pasado que el porvenir. La Palabra de Dios y el mensaje del profeta son un bálsamo medicinal que puede aliviar y hacer sanar las heridas

abiertas desde antiguo

Anunciar la libertad en su doble dimensión a los que sufren las consecuencias de la esclavitud y a los que esclavizan, y esto en las pequeñas cosas de cada día

Anunciar un año de gracia del Señor, una oportunidad para todos, quienes oprimen y quienes oprimidas, un momento en el que Dios hará justicia y

rescatará el honor de los que han sufrido a lo largo de la historia el abuso y el atropello.

Consolar a todos y todas las afligidas, a quienes lloran por algo, a quienes viven en dolor y en oscuridad por diferentes razones, quien está desvalido.

Alegrar a los afligidos y afligidas de Sion, a los nostálgicos incapaces de encarar con esperanza el futuro, a los frustrados con Dios, también a los fatalistas

Cambiar, en definitiva, la ceniza, el luto y la tristeza por coronas, perfumes de fiesta y cantos. Una imagen de reconstrucción real y positiva que se realiza con entusiasmo y compromiso generados por la esperanza que Dios ha puesto y hace crecer en el corazón del pueblo.

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