Verdaderamente Dios es bueno

El miércoles 15 de febrero el Señor llama a su presencia a nuestra hermana Ernestina Álvarez. Toda una vida bendecida por el Señor y que ha sido presencia de Dios para todas nosotros.

La vida de los hombres está en manos de Dios, no termina, se transforma.

Cuando Ernestina, la víspera de su muerte hablaba con su sobrino Jose Álvarez, rector del

Seminario, reconociendo su debilidad le decía: “cada día es un regalo de Dios, una bendición. Estemos siempre unidos en la oración, siempre unidos”.

Ahora nuestra respuesta es darle gracias a Dios y a Ernestina por su SI , por la entrega de su vida al Señor y al servicio de los hermanos ,por mostrarnos que  este camino de entrega y de servicio, es un camino  en el que el Buen Dios siempre acompaña y bendice.

Hemos recibido algunos mensajes que deseamos compartir y comunicar a la Congregación

Un representante del papa Francisco en la FAO (Fernando Chica Arelano),le decía a Su sobrino Jose Álvarez para darle el pésame:

“Doy gracias a Dios por la vida de Ernestina, una vida luminosa de entrega, de sacrificio, de amor y constancia en el bien obrar, una vida donde la caridad ha sido su brújula, la esperanza ha sido el alimento de su vida. Una mujer que siempre veía la parte buena de las personas, una mujer de fe.

Damos gracias a Dios por figuras como estas, nobles, sencillas y muy josefinas.

Ernestina más que hablar, lo que hizo fue amar hasta el límite como Jesús.

Tenéis en la familia una mujer significante, grande, que hizo de la humildad su bandera y esto es lo que quizás nuestro mundo necesite”.

“El Pontificio Colegio Español de san Jose se une al duelo de la Congregación de las Siervas de San José por el fallecimiento de Ernestina Álvarez, quien durante 50 años sirvió con entrega generosa a varias generaciones de colegiales y formadores.

Hacemos memoria agradecida de la hermana Ernestina y elevamos al Señor oraciones por su eterno descanso.”

Una Religiosa Sierva de San José (Lola) que vivió con ella en Roma nos dice:” Ernestina ha sido siempre una persona muy serena, muy buena, una madre, con mucho sentido del humor, en silencio, siempre callada, pero haciendo Nazaret por donde iba”.

La vida de Ernestina ha sido para nuestra comunidad un gran regalo, un don de Dios.

La hemos visto orante, entregada y trabajadora hasta que sus fuerzas físicas se lo permitieron. .

Con paz, serenidad y en silencio ha vivido su enfermedad.

 Así como vivió, termino su vida., dejándolo todo en manos de Dios y susurrando bajito su oración a María, que todos los días lo hacía a través de radio María.

La sentimos presente y sabemos que desde el cielo nos ayudara a ser mujeres de esperanza, viviendo nuestro carisma de Siervas de San Jose.

 

Conchita García, ssj

Un comentario

  1. Desde el Congo le decimos descansa en paz querida hermana. Cada hermana que perdemos deja un vacío tan grande en cada SSJ y con la gente con quienes han compartido la fe y la vida. Gracias por haber sido una buena hermana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *