Los días 6 y 7 de julio celebramos la Asamblea, la Zona de Castilla-León, en nuestra casa de Espiritualidad de Salamanca. Nos encontramos 28 hermanas de la Zona. Nos acompañó nuestra Coordinadora Provincial, María Álvarez. Desde aquí, agradecemos de nuevo su presencia.
Cuando los encuentros online se hacen frecuentes, los presenciales los valoramos de otro modo porque nos permiten disfrutar más. Nos gusta reconocernos físicamente, podernos dar un abrazo y charlar sin medios técnicos de por medio. Esto fue experiencia en cada una.
El día 5 por la tarde fuimos llegando, las que veníamos de más lejos, y por la mañana del día 6 llegó el resto.
María de los Ángeles González, nos dio la bienvenida, agradeció nuestra presencia y la de María Álvarez. Justificó la ausencia de la Comunidad de Puente Castro y tuvo un recuerdo especial para Iluminada García, de dicha comunidad, por su delicada salud.
Nos recordó la importancia de este encuentro de la Zona como lugar para un mejor conocimiento de la realidad y un mayor impulso de la vida y misión de la misma.
La oración de la mañana nos situó en el tema de la Asamblea: Epiritualidad del Cuidado.
El canto, la Palabra de Dios y la del Papa Francisco en la Encíclica Laudato SI nos presentaron a Jesús como el cuidador. El recorría toda Galilea anunciando el Reino y curando a los enfermos, tenía para todos palabras de consuelo, para todos, ternura en su mirar.
Con una oración a modo de salmo nos fuimos comprometiendo a cuidar en comunidad y dejarnos cuidar.
En esta primera mañana nos acompañó Rosa Ruiz Aragonés, Licenciada en Psicología, Doctora en Teología Sistemática. Máster en Cuidados Paliativos. Directora de la revista Humanizar.
El título de su ponencia fue: “Espiritualidad del cuidado: Otro mundo es posible”
Tuvo el acierto de situar su exposición en sintonía con los criterios del segundo Tema de Documento capitular: Economía y Espiritualidad del Cuidado.
Comenzó su exposición poniendo un marco para encuadrar el cuidado Así fue aclarando conceptos sobre lo que es economía, cuidar, espiritualidad, interioridad y religiosidad, para centrarse en las dimensiones de la persona: Cuerpo alma y espíritu y desarrollar especialmente la ética del cuidado como plenitud moral que según Carol Gilligan implica:
Estar atento al otro,
Responsabilizarse del otro.
Y de “lo otro”
Es necesario que tengamos en cuenta a la persona en todas sus dimensiones y también nuestro medio ambiente para hacer posible la existencia de una red sostenedora de la vida.
A lo largo de la ponencia fue haciendo aterrizajes concretos que nos pueden ayudar a concretar en nuestra vida, el cuidado.
Los artículos 223 y 224 de la Encíclica Fratelli tutti pueden ofrecer a nuestras comunidades recursos para vivir esta Espiritualidad.
La ponencia la terminó con las concreciones del cuidado que podemos hacerlas vida actualizando en nosotras las actitudes de Jesús, que en su vida vivió descentrado, se dejó cuidar, vio lo invisible, no dio a nadie por perdido, rechazó la violencia y eligió la ternura como manera de cuidar.
Por la tarde, ya nosotras solas, trabajamos en grupo y después compartimos en Asamblea dos preguntas:
- De lo recibido en la mañana, ¿qué fue lo más nos ha resonado?
- ¿Qué debemos tener en cuenta en nuestras comunidades y en la Zona?
Después de compartir en Asamblea el trabajo de los grupos, hubo un espacio para compartir la reflexión hecha en cada comunidad sobre nuestra vivencia de la Misión. Cada comunidad además expresó, cómo la había realizado y cómo se habían sentido al hacer esta reflexión. Este compartir fue de enriquecimiento para todas.
El trabajo de este día lo terminamos con un momento de oración e interiorización de lo vivido.
Antes de retirarnos a descansar tuvimos un espacio de distensión que nos sirvió para hacer fiesta y compartir lo que habíamos traído para este momento.
La oración del segundo día fue más de contemplación de bellas imágenes acompañadas de expresiones de Fratelli Tutti y dejar que resonara la música en nosotras, que sedimentara en nuestro corazón todo lo recibido y vivido el día anterior y agradecer el cuidado recibido y el que damos a otras personas y a nuestra casa común.
Antes de comenzar el trabajo de este día se leyeron los mensajes llegados a la Asamblea que nos han permitido sentirnos acompañas de Hermanas y Comunidades por el recuerdo y sus oraciones. Muchas gracias.
María Álvarez nos presentó el trabajo de la Comisión General sobre la Organización de la Congregación. Trabajo que fue muy valorado por su claridad en la presentación y en los pasos a seguir en las comunidades.
La Eucaristía del domingo, junto al Pueblo de Dios, fue nuestro mejor agradecimiento a todo lo vivido hasta ese momento.
Después de comer nos reunimos de nuevo, para recibir la información de la Comisión General de Comunicación, que la hizo Elvira Ramos y la de Familia Josefina que la hizo María de los Ángeles González. Ambas comisiones nos pidieron colaboración a las comunidades para que puedan cumplir los objetivos de cada una.
Con una oración-evaluación recogíamos todo lo vivido en la Asamblea, lo que quedaba en nosotras y las sugerencias para los próximos encuentros.
Así pusimos punto final a las Asamblea de la Zona y nos despedimos para regresar a nuestras comunidades.
Antonia Curto Pérez.